1. Conoce tus capacidades
Tus profesores serán tus mejores consejeros en este tema porque son los que han ido comprobando cuáles son tus aptitudes, aquello para lo que estás mejor dotado.
2. Tus preferencias también cuentan
No serás el primer estudiante que saca unas calificaciones más altas en materias que no son las que mejor se le dan. Y es que, cuando algo nos gusta mucho, no nos importa esforzarnos porque disfrutamos aprendiendo. Por eso, aunque pilles las mates a la primera, si lo que te gusta es la música, no estás obligado a renunciar a ella. Sólo se trata de que seas sincero con hasta dónde estas dispuesto a poner más esfuerzo.
3. Piensa en el futuro
No sólo nos referimos a que tengas en cuenta las carreras universitarias con mayor futuro laboral. Aunque eso es otro dato que valorar, debes tener en cuenta tu “felicidad”. Sí, sabemos que te suena rimbombante y que no es el consejo que sueles oír. Pero, no te resignes a pasar el resto de tu vida dedicado a algo que no te gusta. Una vez más, en el equilibro está el éxito.
4. Nada es irreversible
Desde luego, es preferible que sigas una línea de continuidad en tu evolución académica. Sin embargo, debes saber que hay opciones para cambiar el rumbo si a lo largo de la misma cambias de intereses. ¡Y también está la opción de tomarte un respiro durante un tiempo!
Nadie dice que sea fácil, probablemente es la primera decisión trascendente a la que te enfrentas. Con estas claves para escoger tu modalidad de Bachillerato esperamos ayudarte a descubrir tu vocación. ¡Seguro que ya tienes alguna idea o proyecto en mente que no sabías cómo dar forma!